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jueves, 15 de marzo de 2007

Los iguales se atraen...



Limítate a ser quien eres: sereno, transparente y brillante.
Cuando irradiamos lo que somos, cuando
sólo hacemos lo que deseamos hacer, esto aparta automáticamente a quienes nada tienen que aprender de nosotros y atrae a quienes sí
tienen algo que aprender y también algo que enseñarnos.
Richard Bach

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La ley de atracción
Es esencial para la comprensión del individuo, afirmar que es un imán viviente.
De forma inevitable atraes hacia el círculo de tu vida a aquellos individuos y situaciones que estén en armonía con tus pensamientos dominantes.
Las almas gemelas se atraen.
Los pájaros del mismo plumaje van juntos en bandadas.
Todo lo que en tu vida hayas atraído hacia ti, lo has hecho por la clase de individuo que eres y especialmente por tu forma de pensar.
Tus amigos, tu familia, tus relaciones, tu trabajo, tus situaciones y tus oportunidades han sido atraídos hacia ti por tu modo habitual de
pensar en cada una de estas áreas.
Tenemos un ejemplo de esto en música llamado el principio de resonancia simpática.
Si se colocan dos pianos separados en una
habitación grande y se golpea en uno de ellos la nota «do», se puede ir seguidamente hacia el otro piano para observar que en él la cuerda correspondiente a la nota «do» está vibrando con idéntica intensidad que la cuerda hermana del primer piano.
Pues bien, según este mismo principio, tú tiendes a conocer y relacionarte con individuos y situaciones que vibran en armonía con los pensamientos y sentimientos que te dominan.
Si miras cada uno de los aspectos de tu vida, tanto positivos como equivocados, te darás cuenta de que todo tu mundo está fabricado por
ti y que, cuanto más esfuerzo emocional pongas en un pensamiento, más grande será la intensidad de la vibración y más rápidamente atraerás hacia tu vida a individuos y situaciones que sean afines a dicho pensamiento.
Esta ley siempre está actuando a tu alrededor. No tienes nada más que pensar en un amigo o en una amiga y lo más probable es que el teléfono esté sonando con él o ella al otro lado de la línea.
Decides hacer algo e inmediatamente después comienzan a llegarte ideas nuevas y ayudas.
Eres como un imán atrayendo limaduras de hierro.
Con la ley de atracción, sin embargo, no es necesario tener todas las contestaciones antes de comenzar.
Siempre que tengas claro lo que quieres y con la clase de individuos que te conviene asociarte, terminarás atrayendolos dentro de tu vida.
Tus pensamientos constituyen una forma de energía que vibra a una velocidad determinada en función del nivel de intensidad emocional
que acompañe al pensamiento.
Cuanto más excitado o temeroso estés, más rápidamente tus pensamientos irradiarán de ti y atraerán hacia tu vida personas y situaciones afines.
Lo que más temes es lo que más atraes.
Los individuos felices y alegres parecen que atraen a otros individuos alegres y felices.
El individuo que posea conciencia de prosperidad parece que encuentra ideas y oportunidades para hacer dinero.
La ley de atracción actúa en todas partes y en todo momento.
Puedes tener más, ser más y hacer más porque puedes autocorregir una idea o pensamiento.
Puedes cambiar tus pensamientos dominantes por medio de un bondadoso y amoroso ejercicio mental.
Puedes auto disciplinarte enfocando tus pensamientos hacia lo que te interese y rehusando pensar sobre lo que no deseas.
El individuo que utiliza la ley de atracción de un modo positivo se dice que tiene lo que siente, piensa y desea.
Ésta es sin duda otra manera de intentar
explicar por qué tantas buenas cosas y tantos individuos provechosos se ven acogidos en el seno de la vida de aquellos que tienen muy claras sus
metas y son optimistas continuamente.
Brian Tracy

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